Que absurdas suenan las palabras repetidas. Que gastados suenan mis oidos. Que desidia suena en su voz. Te quiero me decías todos los días. Y yo cada día le encuentro menos significado a esas dos palabras.
Hay palabras, que como las drogas, hay que racionarlas. Son armas de doble filo. Te y quiero creo que es una de las combinaciones mas peligrosas...
pero es decir que te marchas para volver a volver...
Hay palabras, que como las drogas, hay que racionarlas.
Son armas de doble filo.
Te y quiero creo que es una de las combinaciones mas peligrosas...
pero es decir que te marchas para volver a volver...
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