Hace años descubrí que el alcohol es el combustible que me ayuda a huir de mi melancolía.
Como el coyote,me monto encima del cohete y marcho tras el correcaminos.
Paso unas horas fuera de mi melancolía,persiguiendo la felicidad.
Y aunque siempre acabo estampándome contra un muro que pone resaca en mayúsculas,cada noche me sigo subiendo a mi cohete particular.
Quizá,mi secreto deseo sea convertirme en una imitación barata de Bukowski...ojalá aguante mi hígado.
Y suena el canto del loco,porque aunque sean estúpidos tienen un gran directo,y como acabo de disfrutar de ello pues...palabras más,palabras menos.Versionando a mis queridos Rodríguez,claro.
claro que se puede amar 2 mujeres a la vez! vuelta a mi vida con interné me conecto a los blogs y demás, algunos me decepcionanentristecen profundamente. el tuyo entremedio de todo es una muy buena sorpresa, leyéndote alguna mariposa voltea por la barriga, debe ser un simulacro de empatia.
tómate una chartreuse! y termina fiestas con una sonrisa alcoholizada.
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