Lo primero que pensé cuando me invitó al local es en una comuna jipi,no lo pude evitar.Me había hablado tan por encima del sitio que mi idea se limitaba a xibecas tiradas por el suelo y un sucio sofá donde sentarnos a jugar a la play.
Pero nada más lejos de la realidad: el local es una especie de garaje incrustado en roca viva que cuando llueve hace que las paredes brillen como si estuvieran barnizadas.Es considerablemente grande,con 3 salas de unos veinte metros cuadrados cada una.Tienen hasta lavabo.
Mi idea del sofá se quedó corta...cortísima.Hay sofás por todas partes,todos viejos: de piel,de plástico,de tela...pero ninguno excesivamente estropeado.Contrasta con la única tele,minúscula,que hay en el local.
Me cuentan que las salas tienen nombre: la sala visual,la sala sonora,y la sala lectiva.
La sala visual no parece tener mucho éxito,comento.Se ríen y me dicen que hoy la que triunfa es la sala lectiva,pero que debería venir los sábados por la mañana a ver los torneos de playstaision.Cada sala tiene su día por lo visto.
La sala sonora también está vacía,pero intuyo que es una de las salas más visitadas porque tiene...una barra de bar con dos expendedores de cerveza!
Hay cuatro grandes altavoces en cada esquina,pero no logro ver de donde puede venir la música.
A estas alturas,estoy maravillado,siento ganas de caer bien,como cuando cambiaba de escuela de pequeño y entraba tímido en la clase para que la profesora o profesor me presentara a los demás niños.
No puedo evitar preguntarles de donde han sacado el local y el dinero para todo esto: el local es herencia familiar y los trastos(según ellos)los consiguen poniendo todos un poco de dinero de su bolsillo.Son casi 50 personas,pero nunca coinciden todos me dicen.
Al fin llegamos a la sala lectiva.Hay,al menos,20 personas.Unas sentadas en los sofás,otras en el suelo y otras apoyadas contra la pared.
Lo que al principio me parecía una charla monótona era en realidad una lectura...están leyendo en voz alta!
Cada semana,me explican,escogen a 3 narradores y un libro y se dedican a leer partes o capítulos de él.
Me quedo con la boca abierta mientras escucho a la chica leer y veo a todos tan atentos y disciplinados.Dos de las cuatro paredes están tapadas por estanterías llenas de libros,unos viejos,otros más nuevos,casi todos de ediciones de bolsillo.
Me resulta treméndamente familiar la lectura de la chica y pregunto en voz bajita que lee: el perquè de tot plegat,de Quim Monzó.
Joder,claro idiota.
¿Existe en verdad? Que guapo.. Yo estaría siempre en la !sala lectiva·
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