Eran las siete menos cuarto de la tarde,me presentaba quince minutos antes de lo acordado.
Lo acordado venia en un sms: a las 7 en el cup,tngo q dcirt algo.
Nuestros mensajes eran así,una hora,un sitio y la razón.Y quedábamos para lo que fuera.Nunca nos llamábamos, porque al final nos acabábamos diciendo todo por teléfono y se nos jodía la razón de quedar.Teníamos como prohibido vernos por vernos,siempre tenía que haber alguna excusa.
Entré en el bar y me pedí mi cerveza de rigor.A los cinco minutos entró ella.
Matilde(a partir de ahora M.) echó un rápido vistazo por el bar hasta verme,hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se dirigió a la barra a por su cacaolat (también) de rigor.
Con su vaso y su botellín de cacaolat se sentó en la mesa.
De M. me podría haber enamorado sin ningún problema,cumplía casi todos los requisitos.Pero por alguna extraña razón nunca llegó a suceder.Un día se lo hice saber,después de unas cervezas de más por parte de los dos,de la manera más inocente que supe para que no hubiera malentendidos y ella,con una sabiduría eterna se echó a reír y me dijo pero si tú nunca te enamoras de verdad.
Puede que esa fuera la razón.
-Muy buenas señorito.
-Muy buenas señorita.
Es nuestra forma de saludarnos.Siempre.
-Que es eso tan urgente que me tienes que contar?-le dije.
-Siempre tan directo,que forma tan sutil la tuya de romper el hielo.Me voy a Madrid.
-A Madrid?Otra vez?
-Me vuelvo para seguir la carrera,que te parece?-dijo muy seria.
Por un momento quise pararla los pies,inventarme mil excusas,mil problemas para que se lo pensara mejor
pero hace tiempo que me estoy dando cuenta que mi egoísmo remite por momentos.
-Me parece bien
si estás segura.
-Ya estoy mucho mejor,además necesito un poco de aire fresco,ya me entiendes.
-Entonces perfecto,pero espero que mantengas el contacto
que nos conocemos.
-Tranquilo,te mandaré emails-dijo mientras reía.
-Eso,mails,tu no llames que es malo-y puse cara de niño pequeño enfadado,cosa que la hizo reír más.
-Te echaré de menos,lo sabes verdad?-me dijo.
Esta vez fui yo quien se rió,la miré como si la hubiera pillado diciendo la mentira más grande del mundo y dije:
-Vamos,tu nunca echas de menos a nadie.
Y nos reímos los dos.
Me he puesto super triste leyendo esto.
No quieres que se vaya y ella no quiere irse.
No entiendo nada.
A mi también me ha dejado un poquín triste. Entonces, tú nunca te has enamorado?
No sé que veis de triste en todo esto,no hay nada oscuro ni turbio,no hay ningún dolor profundo ni ostias en vinagre.
Solo es un hasta pronto.
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