Vivir con el dolor en el cuerpo.
Ella lo ve como una masa oscura y viscosa que nunca conseguirá cagar.
Todas las noches se despide con un buenas noches de los 43 frascos de pastillas que se amontonan,ordenados,en la mesita de noche.
Por la mañana se abalanza sobre ellos con la misma desesperación que antes cogía el cigarro.Odiándolos...necesitándolos para poder morir un poco menos pronto.