Aprendí que lo que realmente importa no vale la pena contarlo.
Porque uno nunca es juez de si mismo.
Si alguna vez llené mi corazón de ese licor barato que llaman amor fue únicamente por ti.Que nunca me creíste( lo suficientemente bueno para ti...).
Todo lo demás...sucedáneos de ti.
Ves,lo que realmente importa siempre acaba pareciendo una soplapollez considerable sinó se sabe contar como es debido.Y yo,que nunca he sabido explicarme,no hago más que cagarla cada vez más gorda.
Si es que tengo menos talento que una lechuga.
Si tuvieras menos talento que una lechuga no habrías podido escribir esto con unas palabras que a veces no se me ocurren.
Un beso Hugo.
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