Es esta vergüenza ajena la que me impide,muchas veces,hacer lo que realmente me apetece.
Quisiera tomar papel y lápiz y ponerme a dibujar todas esas pesadillas que pueblan mis mañanas.
Cogería el más grande de los megáfonos y leería una a una toda esta bazofia que me sale en mis noches de insomnio.
Sin miedo joder,que soy yo.
Que si no le gusta a mi hermana,a mi madre y mis amigos/as no es mi problema,que el rechazo nunca me ha importado.
Pero la realidad es que nunca jamás (como me gusta usar esas dos palabras) sabrán la existencia de todo esto.Que nunca voy a dibujar porque realmente no sé.Y mucho menos voy a ponerme a leer...básicamente porque tampoco sé.
Y vaya...esto últimamente ha dejado de ser el desahogo de mi vieja libreta amarilla para convertirse en mi propio desahogo...
No me gusta...pero bah!