Camina con los brazos abiertos mirando a la noche.
Lucha por no caer,con una sonrisa en la cara.
No ve las preciosas estelas de luz que dejan los coches a su paso.Ni el curioso efecto doppler de los claxons.
Sólo ve el palpitar de una pequeñísima estrella en el cielo que lo guia hasta la siguiente curva.
La siguiente curva...
La siguiente curva......
Y en cada paso,como cada año,como cada vez, va dejándo un fínisimo hilo de caos detrás.
Un hilo que suena a vasos rotos y latas de cocacola chafadas.Que huele a zipo y sartén quemada.
El calor...el calor de la destrucción a sus espaldas.