Son tus extremidades flácidas y la cuerda a modo de corbata en tu cuello lo que veo cada vez que hay un portazo,una voz más alta de lo habitual o una mirada baja.
Con la misma pena de un niño que mira en silencio los muertos,sentado en el suelo,delante del televisor.
Tu vida sin vida,colgada de los despojos de mi imaginación...