Que absurdas suenan las palabras repetidas.
Que gastados suenan mis oidos.
Que desidia suena en su voz.
Te quiero me decías todos los días.
Y yo cada día le encuentro menos significado a esas dos palabras.
Vivan los poetas de mierda que llevan siempre un rotulador a mano para escribir en los lavabos que cagamos.
Vivan los artistas urbanos que spray en mano deciden colgar sus cuadros en las paredes de mi barrio.
Vivan las mujeres que derrochan simpatía,que caminan por la vida sonriendo día a día.
Que viva yo,que vivas tú.
Mi padre adicto a los intentos de suicidio.
Mi madre a la heroína.
Cuando se juntan a mi padre le da por peinarse con la raya a un lado y a mi madre por llevar vestidos cortos.
Yo,por suerte,no he salido a ellos.
Ni me peino con la raya al lado ni me pongo vestidos.
Yo no miento,invento.
No toco,acaricio.
No follo,doy placer.
No ando,floto.
No hablo,recito.
No quiero,pero lo hago.
Como está la gente tan segura de lo que siente?
Como saben que esa sensación viene del corazón y no,por ejemplo,del estómago?
Muchas veces lo más sincero de nosotros viene de las tripas.
Nunca entenderé porque la gente se hace adicta al corazón.
Se abren las puertas del ascensor y aparece ella...
Ella sonriendo-Subes?
Yo-En realidad bajo,pero te acompaño,no tengo prisa.
Ella siguiendo con la sonrisa-Como va todo?
En centésimas de segundo pienso una respuesta coherente y miro la botonera...ya vamos por el tercero y ella baja en el sex...to.
Yo-Como siempre...aprobaste?
Ella sonriendo aún más-Siii,ya soy licenciada.
Yo-Pues haber si lo celebramos un día de estos.
Ella sonriendo y saliendo del ascensor-A ver si es verdad!
Se cierran las puertas y aunque sé que no habrá celebración posible no puedo evitar sonreir pensando que todo sigue igual...de bien.